Habìa un hombre que tenìa cuatro hijos. Trataba de que aprendieran a no juzgar las cosas precipitadamente y a tal fin los fue enviando, uno a uno, a ver un peral que estaba a una gran distancia.
El primer hijo fue en el Invierno, el segundo en Primavera, el tercero en Verano y el cuarto en Otoño.